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El Éxito, como brújula interna

El Éxito, como brújula interna

“Si hoy fuera el ultimo día de mi vida. ¿Querría hacer lo que voy a hacer hoy?, y si la respuesta es No, por demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”

Steve Jobs

 


 

Debo confesar que se me hizo muy complicado iniciar este artículo, puesto que la palabra “éxito” es muy amplia y abstracta a la vez. La mayoría de conceptos y frases motivadoras con respecto al tema lo enfocan desde el “resultado” y conlleva toda una jornada de esfuerzo y perseverancia.

El éxito es presentado como la fase final del logro de los objetivos o metas en la vida, los cuales van desde el ascender a un cargo de dirección en una empresa, en otros casos llegar a una determinada posición social (estatus), adquirir bienes, viajes, casarse, iniciar hasta terminar alguna profesión, etc. Es notable la naturaleza “relativa” del éxito y la percepción que se tiene de ello como especie de “indicador de existencia” y sin importar las percepciones del éxito… en todas   conlleva “esfuerzo” y “animo”.

Pero,  ¿Para qué quiero ser exitoso?, ¿De qué depende el éxito?, ¿El Ser humano ha venido al mundo solo a tener éxito?

Pregunte el otro día a un padre de familia que estaba acompañado de su menor hijo, ¿Qué es el éxito y para qué sirve?; el padre de familia me dijo: “El éxito es alcanzar lo que quieres de la vida, es el resultado de nuestras decisiones” y cuando le pregunte ¿para qué?, el niño alego; “Para tener satisfacción”, ese sentimiento de bienestar que deseamos sea permanente y que sopesa cualquier esfuerzo por duro que haya sido.

El ser humano por su naturaleza social, desea formar parte de algún grupo por lo cual manifiesta tendencia y deseos de encajar en él. A su vez tiene el afán de diferenciación, ese afán de distinción y de ser único, hay un dicho popular que encaja perfectamente con lo expuesto: “olvídame pero no me confundas”. Este afán de diferenciarse del semejante acompaña al sentido de la existencia, ¿Qué es lo que te  hace especial?, alguien respondiendo esta pregunta dijo… el éxito, lo cual tiene una formula y es el 1% inspiración y 99% transpiración; es precisamente ese 99% la jornada ardua de constancia y persistencia, ese buen manejo de las emociones para mantener el enfoque de lo que queremos conseguir de la vida, esta jornada involucra “acción” que permita transformar su propia realidad; ese aprendizaje de ver lo invisible,  o lo que se llama fe.

Entonces llegamos a la conclusión de que el éxito, le da a uno, satisfacción, para lo cual hay que llevar una buena jornada de la vida esforzándose enfocados en las metas, aunque hay quienes han hecho del  esfuerzo diario un estilo de vida. El asunto va por el enfoque y el sentido de la vida; “mientras más motivador sea mi enfoque; más dispuesto o dispuesta estaré a esforzarme”. Este resultado al que llamamos “éxito” genera un sentimiento de satisfacción y logro, que en la mayoría de los enfoques está relacionado con asuntos externos; se dice “tener éxito”, “ser el mejor”… desde el conseguir, una especie de conquista para justificar la existencia misma.

Paradójicamente el concepto contrario que es el fracaso es enfocado de la misma perspectiva, del “Tener”, y ¿Qué paso con el Ser? Si bien el éxito genera un sentimiento de dicha, el fracaso genera un sentimiento de derrota; toca a cada uno decidir cómo se quiere sentir.

Hay quienes dicen “tengo todo para lo cual luche… pero no estoy feliz ni mucho menos satisfecho”,  no llego al resultado a pesar de aplicar la formula.

 

Artículo escrito por

Ana Olortegui Saldaña

Ana Olortegui Saldaña

20/04/2017

Artículos - Lucanus Consultores

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